lunes, 8 de febrero de 2010

preservativo, iglesia y africa

A pesar de mi profundo ateismo siempre me he sentido atraido intelectualmente por esa gente que con buena voluntad aunque sea movidos por una fe que no comparto, abandonan todo y comparten su vida por los demás, además cuando he compartido alguna vez conversación con ellos te das cuenta que el ver los problemas de los demás les hacen abandonar sus dogmatismos y compatibilizar sus creencias con la resolución de los problemas, por eso leyendo un texto de Angel Olaran misionero en etipia me ha gustado leer este parrafo:
Mujeres mal alimentadas, a las que se anima, exige, que no se protejan ante un cliente, posiblemente borracho, ¿llegaran a sentirse protegidas, apoyadas, en ese seno maternal de Dios, si llegan a quedar embarazadas? Es muy duro para ellas, verse abandonadas en su embarazo; dar a luz a hijos famélicos; tener que valerse de esos hijos para mendigar la piedad de los transeúntes. . . . ¿Dónde están todos los que han exigido y aplaudido su embarazo? El derecho a la vida comienza, especialmente, con el nacimiento. Hay mucho de hipocresía defender el derecho a la vida del feto y despreciarlo una vez persona.
Ya que sin hacer un alegato a favor del preservativo, cuestión que le acarrearia la expulsión segura de la iglesia, si que marca mucha distancia con la doctrina oficial. Y es normal ya que ven la miseria infantil, la prostitución y el sida de cerca y saben que condenar el uso del preservativo es condenar a muerte a las personas que creen en ellos.