leo con sorpresa la noticia de que el parlamento europeo aprobó una resolución de boicoteo a China:
Y digo con sorpresa aunque cada día estas cosas me sorprenden menos y me causan un hastío que me aleja más de esta sociedad hipócrita que se mueve a ritmo del sensacionalismo. No negare la política represiva de china en el tibet, pero puestos a condenar podíamos condenar también el régimen de neoesclavitud de miles de chinos condenados a trabajar en fabricas auspiciadas por empresas europeas. Todo por orden y gracia de la bendita "apertura" (para algunos) china.
Y es que lo del tibet queda muy bonito, porque a fin de cuentas es algo muy chic, muy de moda, muy burgués: el tibet, la espiritualidad, el dalai lama, el budismo, vamos un complemento perfecto para llevar con el bolso tejido por los otros olvidados de esta sociedad occidental.
Además se trata del mismo parlamento, el europeo, que negocia con Turquía la integración en su redil. La misma Turquía que niega el genocidio armenio, la misma Turquía que practica la política del terror, represión y violencia en el kurdistan. El cual bajo su ocupación vive en una situación de la que apenas tenemos constancia, ya que a duras penas entran medios occidentales, en una zona por completo militarizada.
Tibet libre, si pero también de la hipócresia del capitalismo carnicero.
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