Tras un batacazo electoral considerable que ni los más agoreros esperábamos, es la hora de sacar el astral y cortar las ramas podridas para que de sus raíces renazca el árbol bajo el que todos hace unos años esperábamos cobijarnos. Se trata de volver al origen: al del partido en la calle, al de los jóvenes con ilusión y rasmia, al del aire fresco, al descaro de los gritos en las manifestaciones y dejar atrás el partido de los sillones, de las corbatas, del donde dije digo diego, el de las purgas, de los jóvenes leales a su sueldo
Es la hora de la renovación de que los que llevan 25 años controlando la estructura y discurso político del partido vuelvan a su casa con un agradecimiento por los servicios prestados. No vale con un lavado de cara dimitiendo Antonio Gaspar, recordemos que pese a todo en la ciudad de Zaragoza saco más votos que Bernal, y desde luego no es él el responsable de la pésima comunicación durante la campaña, ni de la progresiva moderación ideológica, ni del control y depuración de toda opinión interna discordante.
También es hora del fin del "partido del miedo" que decía algún compañero. Es el tiempo de salir a la calle con las ideas claras sin temer a la editorial del heraldo del día siguiente. Estos años nos han demostrado que el callar, que el guiarnos más por el que publicaran que por el que debemos hacer no sirve de nada. Empleemos el tiempo entonces en conocer las opiniones de la militancia de base y olvidémonos de la "gran" familia Yarza.
Algunos creerán que con estos comentarios pretendo hacer leña del árbol caído, nada más lejos de la realidad. Tan solo pretendo recordar que el otoño es la mejor época para podar las ramas viejas que impiden al árbol crecer con fuerza.
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